Introducción
En un entorno económico incierto, muchas empresas atraviesan dificultades financieras. Si la insolvencia se vuelve inevitable, la solicitud del concurso de acreedores voluntario puede ser una solución legal y estratégica para frenar embargos, negociar deudas y evitar responsabilidades personales del administrador.
Este artículo explica cuándo y cómo presentar el concurso voluntario en 2025, los requisitos, las ventajas frente al concurso necesario y por qué es clave contar con asesoramiento especializado.
¿Qué es el concurso de acreedores voluntario?
El concurso de acreedores es un procedimiento judicial destinado a reestructurar o liquidar ordenadamente el patrimonio de una empresa o autónomo insolvente, protegiendo a los acreedores y permitiendo, en algunos casos, continuar con la actividad.
Cuando es la propia empresa quien lo presenta ante el juzgado, se llama concurso voluntario. Si lo presentan los acreedores, se trata de concurso necesario.
¿Cuándo debe solicitarse el concurso voluntario?
Según la Ley Concursal, debe presentarse en los 2 meses siguientes a conocer una situación de insolvencia actual o inminente, entendida como la imposibilidad de cumplir regularmente con las obligaciones de pago.
Se considera que una empresa está en insolvencia cuando:
- Tiene impagos continuados a proveedores, Seguridad Social o Hacienda.
- Recibe requerimientos judiciales o embargos.
- No puede hacer frente a nóminas, alquileres u otras obligaciones.
- Se prevé que no podrá pagar en breve (insolvencia inminente).
Ventajas del concurso voluntario frente al necesario
- Permite controlar el procedimiento desde el inicio.
- Evita una imagen pública negativa asociada al concurso necesario.
- Es posible negociar un convenio anticipado con los acreedores.
- Suspende embargos y ejecuciones judiciales.
- El administrador no responde personalmente, si actúa con diligencia y en plazo.
Pasos para presentar un concurso voluntario en 2025
- Preparación de la documentación contable: balances, cuentas anuales, relación de acreedores y deudores.
- Redacción de la solicitud de concurso por abogado y presentación en el juzgado mercantil.
- Nombramiento del administrador concursal, que supervisará el proceso.
- Fase común: análisis del patrimonio, informe del administrador concursal y calificación del concurso.
- Fase de convenio o liquidación:
- Si hay viabilidad, se propone un convenio de pagos y quitas.
- Si no, se entra en liquidación ordenada de los activos.
Responsabilidades del administrador si no se presenta a tiempo
Uno de los errores más graves es no solicitar el concurso a tiempo. Si se produce una agravación de la insolvencia o se siguen contrayendo deudas sin capacidad de pago, el concurso puede calificarse como culpable.
Esto puede derivar en:
- Inhabilitación para administrar empresas hasta 15 años.
- Responsabilidad personal y patrimonial por deudas sociales.
- Obligación de indemnizar a acreedores por daños y perjuicios.
¿Qué empresas pueden acogerse?
- Sociedades mercantiles (SL, SA, cooperativas).
- Autónomos con actividad empresarial.
- Agrupaciones y asociaciones con actividad económica.
Conclusión
Solicitar el concurso de acreedores voluntario en 2025 no es una señal de fracaso, sino de responsabilidad empresarial. Hecho a tiempo y con asesoramiento legal, puede convertirse en una segunda oportunidad para negociar, reestructurar deudas o cerrar la actividad de forma ordenada.
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